Los embalses estatales de la cuenca del Duero evitaron en marzo un incremento de los daños producidos

• Cuerda del Pozo, en Soria, y Castro de las Cogotas, en Ávila, destacaron por su acción de laminación de los fuertes caudales de entrada que originaron las intensas lluvias evitando mayores consecuencias aguas abajo
Después de las intensas lluvias y de los dos últimos episodios de avenidas que se produjeron en el mes de marzo, la Confederación Hidrográfica del Duero deja constancia de que la buena gestión de los embalses estatales en la cuenca – especialmente los ubicados en la zona sur – evitó que se produjeran más daños de los ya contabilizados.
La capacidad de algunos embalses para disminuir la magnitud e intensidad temporal de los caudales de los ríos a partir de las presas ha resultado crucial en esta temporada. Es lo que se conoce como capacidad de laminación, y en aquellos embalses en los que es posible, se consigue así almacenar agua en grandes cantidades para soltarla de forma más ordenada posteriormente. Esta función, atribuible a algunos de los embalses gestionados por el organismo, ha tenido un gran protagonismo en la primera parte del año hidrológico, desde el 1 de octubre del 2024 al 31 de marzo del 2025, sobre todo en las presas de Cuerda del Pozo, en Soria, Linares del Arroyo, en Segovia, Castro de las Cogotas, en Ávila, y Santa Teresa, Irueña y Águeda, en la provincia de Salamanca.
Durante este periodo, la abundante pluviosidad en la cuenca del Duero ha permitido tener unas aportaciones a los embalses estatales que superan en un 20 % los registros medios.
Como caso relevante destaca el embalse de Santa Teresa, que recibió en octubre un caudal punta de más de 650 m3/s, mientras que a la salida de la presa el caudal se mantuvo por debajo de los 50 m3/s. De no ser por el embalse, caudales de gran magnitud habrían llegado hasta la ciudad de Salamanca.
El 9 de marzo, en el embalse de Cuerda del Pozo, se contabilizaron más de 70 m3/s de caudal punta de entrada, mientras que el caudal a la salida de la presa no superaba el valor de 3 m3/s. Gracias a la capacidad de embalse disponible en esa fecha fue posible absorber la avenida que llegó por el río Duero desde aguas arriba, lo que permitió que no se incrementara aún más el caudal en sus tramos subsiguientes. Cabe recordar que por Almazán discurrieron esos días unos caudales que superaron los 200 m3/s. Por tanto, la positiva gestión del embalse contribuyó a que los daños no fueran más elevados aún.
Sobre el embalse de Las Cogotas cabe resaltar que fue capaz de contener las diferentes ondas de avenida que recibió por el río Adaja tras su paso por la ciudad de Ávila. Esos incrementos de caudal en el río, que tanto daño generaron en la capital, llegaron al embalse de Las Cogotas con un caudal de entrada que superó los 120 m3/s en la primera gran crecida, mientras que se llegaron a superar los 175 m3/s de entrada en la segunda, con varios repuntes intermitentes que se prolongaron en el tiempo. En todo el episodio, el caudal desembalsado desde la presa de Las Cogotas nunca superó los 60 m3/s, lo que evitó que se produjeran daños aguas abajo, o que los daños producidos no se vieran aún agravados.
Hay que destacar que, en los seis últimos meses, en el embalse de Las Cogotas se ha recibido un 120% más de aportaciones de lo habitual, es decir, más del doble de lo que se recoge entre octubre y marzo.
Otros embalses cuyo comportamiento también resulta reseñable durante esta primera mitad del año hidrológico 2024-2025 son los de Cervera-Ruesga, La Requejada y Aguilar de Campoo, así como los de Camporredondo y Compuerto, que también consiguieron laminar las avenidas que se presentaron, respectivamente, en los ríos Rivera, Pisuerga y Carrión.
Infraestructuras en buenas condiciones
Es importante destacar que la edad media de las presas del Estado en la cuenca del Duero es mayor que la media nacional, situándose en 56 años. Gracias al trabajo continuado del personal del organismo, estas presas cuentan con unos niveles de mantenimiento y conservación buenos.
La Confederación considera imprescindible llevar a cabo un mantenimiento continuo y una conservación permanente de estas infraestructuras. Para ello, el trabajo es constante, y se realizan continuamente numerosas intervenciones que tienden a su modernización y a la ampliación de su seguridad. Cabe recordar que la inversión destinada en este ámbito alcanza actualmente los 15 millones de euros al año, una cifra que se ha incrementado de manera considerable desde 2020, cuando se contaba con solo dos millones de euros al año.
Desde la Confederación Hidrográfica del Duero se considera que se ha realizado una buena gestión de los embalses estatales, lo que ha traído como resultado, en aquellos casos en los que la capacidad de laminación es suficiente, una disminución de daños aguas abajo de las presas.