Los agentes de la Guardería Fluvial, un seguro para el bienestar de los ríos y arroyos de la cuenca

• Un equipo especializado de la Confederación Hidrográfica del Duero trabaja en las riberas de los 39.675 ríos y arroyos
Un equipo especializado de guardas fluviales y agentes medioambientales de la Confederación Hidrográfica del Duero, que recibe el nombre de Guardería Fluvial, trabaja en las riberas de los 39.675 ríos y arroyos que fluyen por la cuenca del Duero para comprobar que las normas se cumplen y proteger las aguas, tanto las superficiales como las subterráneas. Un total de 58 mujeres y hombres reparten su vigilancia entre 5.587 núcleos de población.
La labor de estos profesionales resulta imprescindible ya que, sin un control efectivo, una tutela permanente y una vigilancia organizada no podría llevarse a efecto una política eficaz de aguas. Además, cumplen un destacado papel en sensibilizar y educar sobre el medio ambiente.
La Guardería Fluvial tiene un diverso cometido. Sus actuaciones van encaminadas a la protección del entorno por lo que extreman la vigilancia y el seguimiento de los cauces en situaciones de emergencias como avenidas, sequías, vertidos accidentales o mortandades piscícolas. Cabe recordar que a lo largo de la cuenca del Duero existen un total de 5.931 vertidos. Asimismo, consiguen una detección temprana de la presencia de cianobacterias o de especies exóticas e invasoras y colaboran en todo tipo de muestreos (físicoquímico, biológicos e hidromorfológicos) de los programas de seguimiento de masas de agua.
Asesoramiento, información y educación ambiental
La responsabilidad de estos agentes también pasa por ofrecer información y asesoramiento a la ciudadanía, de manera que orientan a las personas que requieren cuestiones relacionadas con distintos procedimientos como los trámites administrativos, las denuncias o los permisos.
Igualmente, participan en las funciones de sensibilización y educación con el objetivo de fomentar las conductas respetuosas con el medio ambiente y contribuir a que se aplique la normativa de acuerdo con los principios de corresponsabilidad y sostenibilidad. Esto supone un papel clave para fomentar la conciencia sobre la protección de los ecosistemas fluviales y el uso responsables de los recursos hídricos.
Tareas de comprobación
Los agentes medioambientales se encargan de que se cumplan las condiciones de las concesiones y las autorizaciones otorgadas, por lo que comprueban las notificaciones que la CHD emite a los usuarios del agua, como las declaraciones responsables, autorizaciones y denegaciones de todo tipo, archivo de expedientes, inscripciones y concesiones de aprovechamientos de aguas. Por ello, denuncian las infracciones a la normativa, especialmente en lo referente a obras y actuaciones en los cauces que se acometen sin autorización, revisan los aprovechamientos de agua no autorizados, los vertidos o las acumulaciones de materiales que puedan contaminar los ríos o deteriorar el entorno de los cauces.
En este sentido, comprueban que no haya incumplimientos de los diferentes Planes de Cultivos aprobados para las comunidades de usuarios de aguas subterráneas (CUAS) y los derechos inscritos en el Catálogo de Aguas Privadas como consecuencia de una sentencia judicial.
Control del regadío
En su constante caminar en el entorno natural, inspeccionan los regadíos dentro de las campañas programadas, bien los sistemas de medición de caudales y volúmenes de agua detraídos (antes, durante y después de estas campañas), bien que se utilice el agua solo en las superficies autorizadas. Cabe recordar que la superficie de regadío de la cuenca es de 585.337 hectáreas, de las que 429.078 corresponden a riegos superficiales y 156.259 a riegos subterráneos.
Además, comprueban el estado de funcionamiento de las estaciones depuradoras, los caudales ecológicos de la cuenca y vigilan la navegación.
Los miembros de la Guardería fluvial también llevan a cabo un seguimiento de los embalses y participan en simulacros de rotura de presa o de oleoductos.
Auxilio y colaboración
No menos importante son las labores de cooperación que pueden llegar a realizar en materia de protección civil o con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado y otras administraciones. Cuando es necesario sus funciones se extienden al auxilio y a la colaboración en emergencias en el medio natural. De este modo, pueden participar en la búsqueda de personas desaparecidas o en el control de animales peligrosos.